Hablemos de dinero 💰 Cuánto cobrar por lo que escribes o creas para otros: 3 aproximaciones

Hablemos de emprendimiento y ganarse la vida escribiendo. Así puedes presupuestar tus trabajos y te cuento mis tarifas 🤑

Hablemos de dinero 💰 Cuánto cobrar por lo que escribes o creas para otros: 3 aproximaciones
Photo by Markus Winkler / Unsplash
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Vamos con una de esas ediciones más libres sobre emprendimiento y ganarse la vida escribiendo y vamos a hablar de dinero en una edición con 3 partes muy definidas:

1. Opciones para plantear tarifas
2. Reglas básicas que aplico para saber cuánto presupuestar
3. Mis tarifas actuales y una evolución de las mismas, por si te dan una idea 

Cuando empecé a escribir para medios como freelance recuerdo que arranqué cobrando 30 euros por artículo. Para blogs, llegué a redactar al inicio artículos por solo 18 euros (he buscado en el mail un recibo de un pago que aún guardaba 👶 ).

Pasado un tiempo, un amigo me ofreció escribir en un proyecto en el que estaba llevando la parte técnica. Cuando le dije lo que cobraba en otros lados, me dijo que por lo menos pidiera 50 euros por artículo. Aquello era casi 3 veces más.

Nuevo salto adelante: Un día recibo la oferta de un medio que quería que trabajara para ellos y con los que acabaría colaborando durante un tiempo. Me ofrecieron, de nuevo, poco más de 30 euros por pieza.

Me planté. Les pedí 4 veces más y aceptaron sin discutir.

➥ No me considero un profesional con precios caros, pero la escritura en todos sus ámbitos siempre ha pecado de pagarse bastante mal. Podríamos estar horas discutiendo sobre los muchos factores que influyen en esto.

Tampoco me creo el otro extremo.

Últimamente, al hilo del auge del copywriting y de los perfiles que proponen que todo el mundo puede ganarse la vida escribiendo, se suele hablar de profesionales que venden servicios a precios desorbitados. Ni me los creo ni pienso que sean precios justos aunque lleguen a colocarlos.


👋 Qué tal, aquí Víctor, y vamos a hablar de dinero al teclado en esta edición que te llega de forma excepcional en viernes.


1. Opciones para plantear tarifas

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Quizá esta edición esté muy enfocada en profesionales autónomos que se dedican a la escritura y la creación de contenido, pero la he planteado para que puedan sacar también ideas y reflexiones freelance de otros ámbitos y también otros profesionales.
  • Precio por palabra: aunque es una de las que más se extienden en algunas plataformas y profesionales de bajo perfil, no nos vamos a extender con ella. Mejor ni tocarla.
  • Por hora: la opción que parece más manejable y comprensible para el que escribe y para el cliente. Sin embargo, es fácil caer en una trampa si no calculamos un precio/hora razonable o lo presupuestamos mal. A veces es muy complicado saber cuántas horas nos va a llevar una tarea o las revisiones que llevará (si no las fijamos antes). Está más o menos establecido que, al menos en España, por debajo de los 30 o 35 euros hora el trabajo empieza a rozar lo no rentable para un trabajador autónomo, aunque depende de cada caso.
  • Precio pactado mensual: cómodo cuando tenemos clientes recurrentes para las dos partes, pero hay que saber fijar bien qué negociamos al inicio y las expectativas del cliente. Un fee mensual que no está bien definido puede llevar a malentendidos y a clientes que se creen con derecho a más de lo que les podemos dar.
  • Precio por paquete o producto: También bastante utilizado, aunque en el ámbito de la escritura digital se suele quedar solo en entradas de blogs que valen X o landing pages que cuestan Y. Puedes llevarlo hasta donde quieras, en realidad.
  • Y precio por valor aportado: el que más recomiendan los que supuestamente saben. Se explica de forma sencilla con un ejemplo:
Si rehacemos los textos de una web de una empresa, que hasta ahora no convertía nada con ella, y empieza a facturar mucho más desde entonces... ¿Cuánto valor le hemos aportado a largo plazo? Da lugar, como te puedes imaginar, a tarifas más altas.

2. Reglas básicas que me aplico a la hora de presupuestar un trabajo

De esto ya hablamos algo aquí en las ediciones en abierto.

Al presupuestar, debemos tener en cuenta muchos factores, algunos obvios y otros no tanto.

🔍 Te enumero los que tengo en cuenta intentando ser completamente transparente:

Los más obvios ⤵

  1. Impuestos: es evidente. Debemos tener en cuenta IRPF, IVA y que también debería soportar parte de nuestra cuota de autónomos.
  2. Tiempo de negociación y revisiones: El proyecto empieza desde el primer intercambio de e-mails para cerrar las condiciones. Y puede alargarse mucho por delante y por detrás. Ojo: es buena idea a veces pactar un número de revisiones cerrado.
  3. Tiempo de organización: Aunque te dediques a lo que te dediques, seguro que a lo largo del mes empleas tiempo en organizar, facturar, mailing, tiempo de gestión... Ese tiempo no se lo facturas a nadie como tal, pero es necesario para todos tus clientes, así que debes considerarlo.
  4. Tiempo de investigación: Aunque parezca evidente, conozco colegas que solo computan cuando se ponen ya al teclado.
  5. Coste de materiales y software: Sí, no somos una empresa de reformas, pero en un mundo ideal deberíamos repercutir parte del deterioro de los dispositivos que usamos.
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Para llevar un conteo el tiempo que me lleva cada trabajo uso Toggle Track, una app que con su versión gratuita da más que de sobra para profesionales independientes.

Los que no lo son tanto ⤵

  1. ¿Y mis vacaciones? Si somos autónomos nadie nos va a pagar una extra de vacaciones. Y si dejamos de trabajar, no facturamos, así que toca imputarlo.
  2. ¿Cuánto me expone o me condiciona ese trabajo? Si un trabajo nos copa muchas horas y nos limita diversificar o poder captar más clientes, o quizá dejar de lado un proyecto propio, también hay que pensar que quizá deberíamos subirle algo las tarifas por esa exposición al riesgo que nos da si algo fuera mal.
  3. ¿Este cliente me puede traer más clientes? Puede ser un buen motivo para hacer una oferta especialmente buena. Aunque ojo, porque el precio que demos puede fijar el de los otros.
  4. ¿Qué valor voy a aportar? La misma pregunta que en las opciones a la hora de plantear tarifas
  5. ¿Me generará mucho ruido mental? Esta es una pregunta a la que cada vez le doy más peso. Me estoy haciendo viejo.
  6. ¿Va alineado con mis ideas y objetivos? ¿Me incentiva de alguna forma? Trabajar motivado y por lo que consideras que es una buena causa (y no hablo aquí de salvar a las focas del Ártico, que también, pero esto incluye que nos identifiquemos con los objetivos del cliente) ayuda a que todo salga más rodado.
🧮
¿Y cómo trasladamos todo esto? No es sencillo, pero yo sigo la siguiente fórmula:

➥ Fijo un objetivo de ingresos netos base al año (considerando que no voy a facturar por vacaciones) y de ahí extraigo cuánto debo facturar al mes de forma bruta de media. Con esa cifra, ya puedo calcular en función de horas de trabajo tanto un posible precio por hora como un montante a conseguir entre mis clientes actuales al mes.

3. Mis tarifas actuales y una evolución de las mismas, por si te dan una idea

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