Hacía tiempo que no hablábamos del negocio de escribir de forma directa, y en esta ocasión vamos a hacerlo. En concreto, de cómo podemos paquetizar o productizar (ojo a las recomendaciones de la Fundéu sobre estos palabros) nuestros servicios cuando escribimos.
Un modelo que vale para muchos profesionales de la escritura:
- Redactores
- Copywriters
- UX Writers
- Editores y correctores
- Especialistas en e-mail marketing
- Escritores de libros para terceros
- Creativos en general
- Y también periodistas (yo de hecho trabajo así mis acuerdos con un par de medios)
¿Qué es paquetizar o productizar?
En el fondo son dos cosas distintas. Pondré ejemplos fáciles de entender con el caso de un redactor:
- Paquetizar es ofrecer ciertos servicios en un paquete: por ejemplo, ofrecer un paquete de 4 artículos al mes, con ciertas características, por X euros.
📦
Esto sería parecido a pactar una tarifa o fee mensual con un cliente, pero la diferencia es que como profesionales lo ofrecemos de forma abierta, no tras una negociación.
"Mis tarifas son estas que puedes ver en estos paquetes", lo que ayuda a la decisión de clientes que ya saben de ti por otras vías (como tus publicaciones en RRSS o tu newsletter), les has generado confianza y no quieren complicarse.
"Mis tarifas son estas que puedes ver en estos paquetes", lo que ayuda a la decisión de clientes que ya saben de ti por otras vías (como tus publicaciones en RRSS o tu newsletter), les has generado confianza y no quieren complicarse.
- Productizar, yendo un paso más allá, es convertir esto en un producto. ¿Cuál es la diferencia? Es sutil pero poderosa. Se trata de sistematizar todo el proceso lo máximo posible para evitar fricciones y facilitar todos los pasos tanto al cliente, como a nosotros.
- Pensemos en el pack del redactor anterior como un producto. Algo fácil de comprar (no contratar), utilizar (no encargar o gestionar) y sacarle partido (programando por ejemplo un reporte de resultados).
🕶️
Productizar, bien hecho, puede disparar nuestra escalabilidad y que seamos capaces de tener mejores márgenes de cada encargo o cliente y más libertad: menos reuniones, menos dudas, menos correcciones...
Y, además, puede ser un producto de compra recurrente. Que cada mes volvamos a facturar y cada vez nos cueste menos realizar este trabajo gracias a tenerlo sistematizado.
👀 Además, ayuda todavía más al cliente a tomar la decisión porque ve facilidad y un precio cerrado.
Y, además, puede ser un producto de compra recurrente. Que cada mes volvamos a facturar y cada vez nos cueste menos realizar este trabajo gracias a tenerlo sistematizado.
👀 Además, ayuda todavía más al cliente a tomar la decisión porque ve facilidad y un precio cerrado.
Suena bien (pensarás🤔) ¿Pero cómo se puede hacer? Veamos algunos ejemplos
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